jueves, 16 de enero de 2014

El cine anarquista de Jean Vigo

Jean Vigo (1905-1934) fue un director de cine, hijo del anarquista Eugène-Bonaventure de Vigo (también conocido como Miguel Almereyda), que pasó a la historia sobre todo por dos películas de gran prestigio: Zéro de conduite(1933), que cuenta la insurrección de un grupo de estudiantes contra sus severos profesores, y L'Atalante (1934), historia de amor entre un joven marinero sin objetivos y su esposa.

Al margen de la militancia política de su padre, digna de otro estudio, en las películas de Vigo existe una impronta claramente anarquista. Su primera obra será un mediometraje mudo llamado À propos de Nice (1930), donde se muestran las desigualdades sociales en la Niza de los años 20; por supuesto, el film supone una feroz crítica a la burguesía que veraneaba en el lugar. La que será una de sus grandes obras, Zéro de conduite, se inspira en gran medida en las experiencias personales del cineasta, que pasó gran parte de su infancia en internados; puede considerarse que la película recoge las propuestas pedagógicas de Ferrer y Guardia como base para un nuevo orden social antiautoritario, pero también se adelanta, en su vitalismo y espontaneísmo, y en su apuesta por la educación de los sentidos, a otras propuestas radicales en contra de la escolarización como serían las de Paul Goodman o Ivan Illich. De hecho, Zéro de conduite es un ejemplo de las amplias propuestas educativas anarquistas, donde trata de vincularse la búsqueda de la espontaneidad en la infancia, uniendo lo lúdico con la búsqueda de conocimiento, con las más bellas aspiraciones sociales. En el film, puede verse una obvia analogía entre escuela y prisión cuando se muestra un internado triste y espartano; la conformidad, el gusto por el orden y la disciplina, así como una permanente vigilancia institucional que causa pavor en los chavales, obliga a contemplar el centro educativo como un trasunto del Estado en una crítica claramente anarquista. Vigo emplea en la película un tono claustrofóbico, lo que muestra de forma cristalina su opinión burocrática acerca de la escuela, así como un distanciamiento respecto a los personajes más autoritarios; existe además una férrea división entre el aula, lugar del conocimiento, y el patio de recreo, espacio para lo lúdico, algo que tratará de transgredirse en alguna significativas secuencias a lo largo del film.

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