martes, 19 de noviembre de 2013

Proceso de paz: ¿de las puertas abiertas al portazo en la cara?

Resultaba apenas obvio. Sabíamos que apenas se anunciara un nuevo avance en las negociaciones de paz, como efectivamente ocurrió en el segundo punto sobre participación política el día 6 de Agosto, aparecerían el “idiota del pueblo”, Álvaro Uribe Vélez, de la mano con su fiel perrito faldero, el ministro de guerra Juan Carlos Pinzón, a torpedear el proceso de paz. Resulta que ahora, la “inteligencia policial” (valga el oxímoron), según el ministrico de guerra, ha descubierto un plan de la columna móvil Teófilo Forero de las FARC-EP para atentar, supuestamente, contra Uribe – también contra Francisco Santos y, sorprendentemente, contra el fiscal Montealegre, un amigo del proceso de paz[1]. 
Uno no tiene que ser demasiado desconfiado para recordar la seguidilla de auto-atentados por parte de los enemigos “no tan agazapados de la paz”. Mal que mal, Uribe ha hecho política asediado por planes “terroristas” que luego resultaron haber sido ideados por sus amigotes y súbditos en el ejército, como parte de una macabra campaña publicitaria… ¿cómo olvidar los “atentados” en las campañas presidenciales de Uribe montados por el DAS o los petardos puestos por la XIII Brigada del Ejército en el Barrio Gaitán en el 2006, hecho en el que hirieron a varios soldados y asesinaron a un pobre reciclador? ¿Cómo olvidar el caso del collar-bomba durante las negociaciones del Caguán? ¿Cómo olvidar que los medios, así como autoridades civiles y militares, culparon falsamente a las FARC-EP en todos estos casos?[2]. El momento de aparición de este supuesto complot, apenas unos días después de las buenas nuevas en las negociaciones, no hace sino aumentar las sospechas.

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