viernes, 2 de marzo de 2012

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El carnaval en el primero de mayo 2010
Por: el Germen
(publicado en El Aguijón 8 mayo - junio 2010) 

Nos encontramos a eso de las 9 am. Me sorprendí con entusiasmo al llegar al lugar de encuentro porque no me esperaba la cantidad de personas que respondieron al llamado y que se alistaban para el carnaval, teniendo en cuenta que un sábado le resulta para muchos una jaqueca de guayabo. Pero ahí estábamos, maquillándose unos y disfrazándose otros, además riéndonos del “indio citadino”, de la “prosti travesti”, de los “seudo Esmad”, del “gamín desplazado”; mejor dicho, todo era alegría, necesaria para nuestro propósito.
Estando todo listo emprendimos a caminar por el barrio Buenos Aires de Medellín con la chirimía que iba poniendo el ritmo de los tambores en la parte de adelante. De repente un ¡Bam, Bam, Bam! Animó más la fiesta.
-¡Que pasó! ¡Que fue eso!- preguntó asustado el pirómano sonoro a uno de los parceros por el celular
-Tranquilo mijo, eso son voladores que está tirando bambam
La gente empezó a asomarse a ver lo que sucedía mientras avanzábamos en el recorrido ¿Qué será esa bulla? ¿Qué es lo que están cantando? ¿Qué dice en el papel que están entregando?
“Algunos canticos”
Simultáneamente a los canticos, también varios de nosotros –los pseudo Esmad- correteábamos al obrero, al indígena, al desplazado, al joven estudiante, y apenas los agarrábamos, los reprimíamos. Luego dibujamos sus siluetas con un mensaje alusivo a las circunstancias de su muerte simbólica. La idea de la representación era que no queríamos pasar por alto el papel que juega la policía a través de su escuadrón móvil antidisturbios, dando así el mensaje a los vecinos que nos observaban de que estos sujetos han asesinado y golpeado a muchas personas que se han atrevido a manifestar su descontento y protesta con la injusticia imperante. Además con los volantes que repartimos de casa en casa propusimos a la gente a que se unieran a luchar contra todas las injusticias y violaciones a nuestra dignidad porque todos somos víctimas de este sistema, y que el mejor momento es el ahora. Y así nos fuimos hasta el barrio Caicedo y luego bajamos de nuevo pero esta vez al barrio Boston, exactamente en el lugar donde se piensa construir el Parque Bicentenario. Ese fue nuestro punto de llegada pero no el final de nuestras actividades.
Allí, a eso del medio día, nos aguardaba la “barricada sonora” en la que Radio Piromanía con sus computadores y consolas e instalados en una acera estaba transmitiendo lo que acontecía en la tradicional marcha convocada por los sindicatos en las ciudades de Medellín, Cali y Bogotá, utilizando el internet como medio de transmisión en vivo. Pero además los pirómanos dispusieron de dos grandes bafles que nos mantuvieron informados sobre el desarrollo de las manifestaciones, y mientras que los demás que participamos en el carnaval, y con la ayuda de algunos vecinos del lugar, nos pusimos a montar la olla del sancocho y a preparar las pinturas para los murales. Y eso que al rato se nos vino la lluvia pero eso no calmó los ánimos de continuar con la jornada.
A pesar de que las actividades estaban saliendo como se planeo y sentíamos gran satisfacción por ello, no podíamos evitar sentir el malestar por las noticias que nos informaban los pirómanos. Ell@s sostenían contacto telefónico con algunos participantes de la marcha convocada por los sindicatos, en donde lamentablemente relataban que a varios manifestantes estaban siendo perseguidos, detenidos y agredidos por la fuerza pública en los alrededores de la Alpujarra, lugar final del recorrido.
Ya en la tarde, cuando ceso la lluvia, algunos de los participantes de la otra marcha llegaron y se unieron al parche y también se contagiaron de alegría al saber de que se estaba haciendo algo diferente en esta fecha tan importante. Y con algunos rayitos del sol pudimos retomar la tarea de continuar echándole candela a la olla y pinceladas a los muros. Sin olvidar que también algunos vecinos afectados por la construcción del Parque Bicentenario empezaron a salir de sus casas para integrarse.
Aproximadamente a las 4 de la tarde se nos vino el sancocho. Un poco retrasado pero valió la pena la espera. Y los muros ya estaban por terminarse de pintar. Ya cayendo la tarde algunos empezaron a irse, con el aliciente de que se había cumplido el propósito y con la satisfacción de haber hecho algo diferente en este 1 de mayo, saliéndonos de esa costumbre de marchar por el centro de la ciudad –que por diferentes circunstancias termina haciéndole el juego al espectáculo mediático y estigmatizador- y ajena a la realidad de los barrios populares en donde están los trabajadores explotados, desempleados, informales y rebuscadores.
Esperamos repetir la estrategia para futuras movilizaciones y manifestaciones y que también sirva de reflexión sobre la lucha popular, entendiéndola que esta se hace con las clases oprimidas y desposeídas, de lo contrario, no tiene sentido hablar de revolución.

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